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Disertaciones de Horticultura – 41º Congreso Argentino de Horticultura

CONGRESOS

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Mesa redonda: Situación y perspectivas de la horticultura en la región

La horticultura en Chile

Rafael Elizondo

Consultor de empresas agrícolas y de desarrollo de tecnología

Según datos de ODEPA (2021), La horticultura en Chile ocupa actualmente una superficie de 92.000 ha, donde prácticamente el 86% está cultivado con hortalizas para consumo en fresco y el 14% de uso industrial. Las zonas de mercado fresco se localizan en el centro sur del país y los sistemas protegidos en el centro norte y extremo norte. Las regiones de mayor importancia de aire libre son la Región metropolitana que tiene 1/3 del total, y la siguen en importancia la Región del Maule y Región de O’Higgins, con un algo más del 15% cada una de ellas. El 50% de la superficie lo ocupa especies como el tomate, choclo, cebolla, poroto, lechuga y zanahoria. En total 12 especies concentran el 75% de la superficie.

Las zonas con sistemas protegidos ocupan una superficie de 3.000 ha aproximadas, donde el tomate es la principal especie, seguida de pimentón y pepino de ensalada.

La mayor parte de la producción de hortalizas se destina a mercado nacional, que se distribuye principalmente en ferias y supermercados.

El principal negocio en valor de exportación está dado por la exportación de semillas, representando el 39% del valor total con 136 millones de dólares FOB. El 27,8% del valor lo representa la pasta de tomate, donde los principales destinos son Argentina, Japón y Brasil. Solo dos especies en fresco, cebolla y ajo, son las que principalmente se exportan, sumando 47,7 millones de dólares.

En la actualidad existen factores que están haciendo cambiar la forma de producir, el déficit hídrico que ha hecho aumentar el riego localizado, la disponibilidad de mano de obra que ha aumentado la mecanización y la forma de comercialización, son las más importantes.

La horticultura en Brasil

Paulo Koch

Director de marketing en Sakata Seed Sudamerica. Presidente de ABCSEM

El mercado brasilero de semillas de hortalizas en los últimos 10 años (2011-2020), creció 152% en valor (R$) y 19% en superficie. En 2020, el valor total de semillas, vendido al productor fue de R$ 1,06 billones (aproximadamente US$ 200 millones). La pandemia causada por COVID no afectó al segmento de manera general, el crescimiento de 2019 para 2020 fue de 15% en valor (R$) y 3% en superficie. Las 6 especies principales en valor en 2020 fueron: tomate (19,4%), cebolla (13,6%), sandía (8,5%), melón (8,4%) zanahoria (7,3%) y lechuga (7,2%). Las principales 6 especies en superficie en 2020 fueron: sandía (13,5%), calabaza (11,5%), lechuga (10,8%), tomate (6,3%), cebolla (3,6%) y melón (3,1%).

La horticultura en Brasil, con un área total estimada de 607 mil hectareas, genera más de 2 millones de puestos de trabajo directos, o 3,3 puestos de trabajo/ha. Hay una fuerte expansión del cultivo hidropónico, especialmente en hortalizas de hoja (lechuga y rúcula principalmente) en polos tradicionales y nuevos polos de producción hortícola de las regiones Norte y Nordeste del país. Los cultivos protegidos también crecen rápidamente, con énfasis en los cultivos de tomate especiales, pimientos de colores y pepino japonés. Dichas inversiones son respuestas a las demandas de los consumidores que buscan mayor diversidad, mejor calidad, suministro constante durante todo el año y seguridad alimentaria.

Uso de plantas funcionales en horticultura

Beatriz M. Diaz

Grupo Hortícola EEA Concordia, CRER Entre Ríos INTA. Estación Yuquerí Concordia (3200), Entre Ríos, Argentina

Correo-e:diaz.beatriz@inta.gob.ar

Los cultivos intensivos, como los hortícolas, ejercen elevada presión sobre el agroecosistema por su elevada inestabilidad en el tiempo y en el espacio, por ser altamente dependientes de insumos externos y ser sistemas simplificados, lo que ocasiona una pérdida de biodiversidad local que puede ser mitigada haciendo mayor uso de los servicios ecosistémicos. Este enfoque general ofrece un camino promisorio para proteger el agroecosistema mientras se incrementa la producción de manera sostenible como se propone con la intensificación ecológica, que justamente tiene como meta maximizar los procesos ecológicos para incrementar la rentabilidad de los cultivos.

En concordancia con lo expuesto anteriormente el control biológico por conservación (CBC) es un sistema de manejo de plagas que tiene como objetivo proteger y mejorar los ensambles de los enemigo naturales para maximizar el impacto colectivo sobre las poblaciones de plagas. Las dos rutas para lograr este objetivo es evitando el uso de plaguicidas que afecten a los enemigos naturales y alterando la estructura de la vegetación de los sistemas productivos para proveer recursos tales como refugio, alimento (néctar y polen), presas/ huéspedes alternativos para los biocontroladores locales. Esta estrategia se conoce como manejo o manipulación de hábitat. Cabe destacar que el control biológico por conservación y el manejo de hábitat si bien comparten el uso de las prácticas del manejo de la vegetación y los objetivos de suprimir a las plagas y reducir las pérdidas de los cultivos, ambos no son sinónimos. Esto es debido a que el manejo de hábitat provee no sólo un efecto “top-down” (efecto de los enemigos naturales sobre la plaga) sino además un efecto “botton-up” de la vegetación que opera directamente sobre la población de la plaga, sin estar mediada por los enemigos naturales. El efecto directo de la vegetación sobre las plagas ha quedado de manifiesto en los cultivos trampa, la vegetación repelente, sistemas “push-pull”, etc.

Un manejo de hábitat planeado debe considerarse desde la escala local hasta la de paisaje suministrando los requerimientos esenciales para mejorar la supervivencia y aumentar la fecundidad de los diferentes grupos de enemigos naturales y así seleccionar la práctica adecuada para lograr el objetivo deseado. Entre las prácticas utilizadas para cubrir los requerimientos de alimento (polen y néctar) demandados por los enemigos naturales pueden citarse la adición de franjas florales en los cultivos y sus márgenes, intercultivos con plantas florales y el uso de alimentos artificiales. Las plantas florales a utilizar en los dos primeras prácticas se denominan habitualmente “planta insectario” denominando así a las mismas por atraer y posiblemente mantener con sus recursos de polen y néctar a poblaciones de artrópodos que contribuyen al control biológico y a la polinización de los cultivos.

El primer paso para introducir “plantas insectario” en los esquemas productivos es la selección de plantas candidatos que deben cumplir algunos criterios generales basados en mecanismos ecológicos por los cuales los enemigos naturales son favorecidos sobre las plagas. Entre ellos hay que considerar que las mismas no actúen como reservorio de plagas y patógenos que puedan ocasionar daños y/o transmitirse a los cultivos (virus),que no tengan posibilidad de convertirse en plantas invasoras, que provean los recursos alimenticios esperados, que sus flores sean atractivas y accesibles para los enemigos naturales y que exista una congruencia entre su período de floración con el ciclo del cultivo a asociar. En cuanto al origen de la planta insectario es posible incluir especies ornamentales exóticas y nativas, siempre que estén disponibles comercialmente, considerando que las especies nativas tienen ventajas sobre las exóticas ya que se suponen más adaptadas al clima y suelos locales y han coevolucionado con la fauna local.

La incorporación de franjas florales ha sido muy estudiada en asociación a diferentes cultivos hortícolas a nivel mundial para controlar a los principales grupos de plagas que afectan a estos cultivos con resultados divergentes. Tomando los trabajos realizados en la EEA INTA Concordia en esta temática, merece destacar que cuando se asocióbajo cubierta una planta ornamental de origen exótico, como es el aliso (Lobularia maritima) con una hortaliza de hoja como la lechuga, que no puede proveerle recursos alimentarios a los enemigos naturales,se comprobó un aumento en la acción depredadora de las moscas sírfidas sobre las especies de pulgones colonizantes del cultivo.

Considerando el manejo de hábitat en cultivos de fruto se llevó a cabo un estudio a campo adicionando una franja floral constituida por trigo sarraceno (Fagopyrum esculentum) y aliso (Lobularia maritima) al cultivo de zapallito de tronco(Cucurbita máximavar. zapallito) observándose un efecto positivo en el control biológico y en los visitantes florales que contribuyen a la polinización de este cultivo. Con respecto al control biológico se obtuvo un incremento del 10% en el parasitismo de huevos de la chinche del zapallo (Acanonicus hahniStål, 1860)en la parcela con franja floral y además se registró un mayor número de visitas de polinizadores que se tradujo en un incremento en el número de frutos y rendimiento/planta con respecto a la parcela sin franja floral.

Si bien los estudios mencionados anteriormente hacen referencia al uso de especies florales exóticas, se están evaluando plantas ornamentales de germoplasma nativo asociadas a hortalizas de hoja con resultados muy alentadores en su asociación con estos cultivos.

En cuanto a la provisión de presas/huéspedes alternativos deben destacarse el uso de “plantas banco” en la horticultura protegida como un sistema exitoso. Una “planta blanco” es una planta (generalmente gramínea) infestada con un herbívoro que no es plaga del cultivo focal pero sirve como huésped o presa alternativa para los enemigos naturales de las plagas en los cultivos comerciales. El sistema de planta banco permite a los enemigos naturales reproducirse y sobrevivir por largos períodos en ausencia de plagas. Otras prácticas de manejo de hábitat incluyen los poli e intercultivos con resultados exitosos a nivel mundial pero en nuestro país no se han desarrollado ampliamente.

Actualmente se observa en nuestro país un creciente interés en la temática de manipulación de hábitat y el control biológico por conservación aplicados a la horticultura pero aún queda por delante el desafío de desarrollar nuevos conocimientos que se adapten a diferentes cultivos y sistemas de producción, así como de transformar los conocimientos ya consolidados en prácticas que sean adoptadas por los productores a gran escala.

Bibliografía:

Diaz, B.M. (2020)El uso del aliso (Lobulariamaritima) para promover artrópodos benéficos en el agroecosistema hortícola.ISBN 978-987-8333-33-5 (digital) Ediciones INTA, 29 p.

Egan, P.A., Dicks, L.V., Hokkanen, H.M.T. & Steinberg, J.A. (2020) Delivering integrated and pollinator management (IPPM), Trends in Plant Science, 25(6), 577-598.

Haan, N.L., Iuliano, B.G., Gratton, C. & Landis, D.A. (2021). Designing agricultural landscapes for arthropod-based ecosystem services in North America, Advances in Ecological Research,64, 191–250.

Tittonell, P. (2014). Ecological intensification of agriculture-sustainable by nature.Opinion in Environmental Sustainability 8, 53–61.

Fitohormonas: uso para el control de Nacobbus aberrans en tomate

Susana B. Martínez

Profesora titular: Climatología y Fenología Agrícola, Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, UNLP. Horticultura y Floricultura, UNNOBA

Correo-e: smarti@agro.unlp.edu.ar

En la Argentina, entre los problemas sanitarios que afectan al cultivo de tomate (Solanum lycopersicum), se encuentran los fitonematodos. Actualmente, se usan fumigantes y nematicidas, siendo más complejo su control a partir del compromiso del país de eliminar el uso de bromuro de metilo. Como alternativa de bajo impacto ambiental, que garantiza la sustentabilidad del sistema, se encuentra la aplicación de elicitores y, entre ellos las hormonas vegetales. El Ácido Salicílico (AS), el Ácido Jasmónico (AJ) y el Etileno (ET) son hormonas vegetales que intervienen en todos los procesos de crecimiento e inducción de defensas de las plantas.

Se condujeron en forma consecutiva tres ensayos en maceta y uno sobre el suelo, todos en un invernáculo en la Estación Experimental Julio Hirschhorn, Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, UNLP (33º56'42,6”S, 60º33'35,6”W), utilizando tomate cv. Elpida.

El primer ensayo se destinó a evaluar el efecto sobre el crecimiento relativo de 3 concentraciones de cada hormona T1: AS 0,5 x 10-4 M, T2: AS 1,0 x 10-4 M, T3: AS 2,0 x 10-4 M, T4: AJ 1,00 x 10-3 M, T5: AJ 1,00 x 10-4 M, T6: AJ 1,00 x 10-5 M, T7: ET 0,35 x 10-3 M, T8: ET 0,70 x 10-3 M, T9: ET 1,40 x 10-3 M y un control sin hormonas (T10). Las aplicaciones se realizaron mojando el sustrato por drench con 1 ml por celda. Los plantines que se trasplantaron a macetas con sustrato infestado articialmente con Nacobbus aberrans (CN) (11000 N en 500ml) y a sustrato sin infestar (SN). Luego de 60 días, se observó una respuesta equivalente a todos los tratamientos SN, pero un mayor crecimiento relativo de plantas sometidas a T1, T2, T5, T6, T7 y T8 en CN.

Estas concentraciones se utilizaron en el segundo ensayo, para ajustar el tiempo de aplicación previo al trasplante. Se utilizó sustrato SN inoculando los plantines por drench con 1 ml por celda 24, 72 y 168 horas antes del trasplante; manteniendo plantines sin tratar como control. El tiempo de aplicación previo al trasplante no modificó significativamente el crecimiento relativo de las plantas 60 días luego de la aplicación.

A partir de estos resultados se desarrolló el tercer ensayo, con el fin de evaluar las 6 concentraciones y tiempo seleccionado (24 h) sobre variables morfológicas, de crecimiento y reproductivas hasta el 1º racimo de plantas cultivadas en macetas con sustratos CN y SN, utilizando plantas sin tratar como control. En CN, T2 produjo un crecimiento relativo significativamente mayor que T1, T5, T7, T8 y T10; sin diferencias significativas en el resto de las variables ni en SN.

Este mismo ensayo se planteó en suelo, en el que como cultivo previo había tomate cv. Elpida sin injertar e injertado sobre Beaufort, Multifort, 9184 y Maxifort. Previo al trasplante, en el sitio de ensayo, se identificaron 33 saprófitos, 45 Helicotylenchusspp., 48 Nacobbus aberrans J3 y J4, 64 Dorylaimusspp. y 76 Mononchusspp. cada 100 cm3 de suelo y 20 a 41 huevos y 24 a 40 J2 de Nacobbus aberranspor g de raíz, en cantidades significativamente más bajas en Elpida injertados sobre Maxifort y 9184.

Se trasplantó tomate cv. Elpida, tratando a los plantines con T1, T2, T5, T6, T7 y T8, 24 horas antes del trasplante por drench con 1 ml por planta, dejando controles sin tratar. Sobre el folíolo terminal de la hoja inmediata inferior al último racimo desarrollado, entre el 3º y 4º racimo se midieron: temperatura del canopeo (cámara termográfica FLIR E-30) e intercambio de gases (analizador de gases por infrarrojo TPS-2, cubeta PLC-4: PPsystems), e índice de verdor (Chlorophyllmetter SPAD-502. Minolta Co. Ltd.), sobre el foliolo terminal de la hoja inmediatamente inferior al 1º racimo. Se registró rendimiento total y por categorías comerciales por racimo, hasta la 6º corona, número de agallas y peso fresco de raíces, calculando índice de agallamiento como el cociente entre ambas variables y número de huevos de nemátodos y J2 en raíz, para calcular el índice reproductivo Pf/Pi [(Nº huevos-J2 Poblacion final e inicial)/Nº nemátodos en suelo previo al trasplante]. El intercambio gaseoso no fue significativamente modificado por los tratamientos. La temperatura foliar fue significativamente más baja en T2, que incrementó el índice de verdor respecto al testigo. Las hormonas incrementaron la producción de frutos con peso mayor a 150 g y el rendimiento total respecto al testigo, produciendo menor número de agallas, índice de agallamiento y reproducción. T2 produjo menor daño en raíces y mayor producción total y por racimos, seguido por T8 y T6. El aumento de resistencia en tomate frente a Nacobbus aberrans, por el tratamiento con AS se muestra promisorio, siendo importante continuar investigando las implicancias prácticas del uso de elicitores y profundizar en la comprensión de su modo de acción para el control de Nacobbus aberrans

Injerto de hortalizas: medio de defensa contra patógenos del suelo

Francisco Camacho Ferre

Catedrático de Producción Vegetal Universidad de Almería (España)

Correo-e:fcamacho@ual.es

Uno de los objetivos del injerto hortícola es la obtención de plantas resistentes a determinadas enfermedades, además se pueden conseguir otros objetivos con el desarrollo de plantas injertadas, tal como elevar la producción de ciertos cultivares de alta calidad poco productivos, o la no utilización de fitorreguladores para la obtención de determinado tamaño de frutos. La técnica del injerto se ha desarrollado en las siguientes hortalizas: tomate, sandía, berenjena, melón, pepino y pimiento. El injerto en términos monetarios, el juego de la densidad de planta por unidad de superficie desde el punto de vista agronómico y, su repercusión en el costo de la instalación de una planta injertada. Los tipos de injertos en hortalizas, el empleo de uno u otro según la especie y los medios de cultivo a emplear. Los portainjertos más utilizados, desde el punto de vista comercial, en cada especie hortícola y sus resistencias a enfermedades. Las instalaciones imprescindibles en un semillero especializado para realizar injertos hortícolas, características que deben de proporcionar a los materiales que se van a injertar. La adecuación de las labores culturales, desde la plantación, a las plantas injertadas y la diferencia con respecto a las labores culturales en plantas francas.

Labranza cero en la producción de hortalizas pesadas

Juan Pablo D´Amico; Patricio Varela; María Carolina Bellaccomo; María Verónica Caracotche

EEA INTA Hilario Ascasubi

Correo-e:damico.juanpablo@inta.gob.ar

Los sistemas productivos hortícolas se caracterizan por una alta frecuencia e intensidad de laboreo. Estas labores son realizadas para cumplir con fines muy diversos como la preparación del suelo, el control de malezas, la incorporación de enmiendas y abonos, y la sistematización del riego. Otros aspectos destacados son la aplicación de riego gravitacional y tendencia al monocultivo.

La agricultura de conservación dedicada a la producción de hortalizas cuenta dispar desarrollo en otros países. Hace más de 15 años Morse (1999) publicó un trabajo titulado “No-till vegetable production—its time isnow”.El autor menciona el reconocimiento global que tienen las prácticas de labranza cero como estrategia conservacionista y sostiene que su adopción será posible en la medida que se desarrolle la maquinaria adecuada, se avance en la gestión de la cobertura y el manejo integrado de malezas.

El gran desarrollo logrado en la siembra directa (SD) no se ha reflejado en la producción de hortalizas pesadas, aún cuando cuentan con un nivel de intensificación intermedio y un cierto grado de similitud con la producción extensiva de granos. Dado que en la horticultura la acepción de SD se aplica para definir la siembra en el lote definitivo (sin trasplante),el término labranza cero parece el más apropiado.

En el contexto agroecológico de las regiones mayoritariamente extra pampeanas, con ambientes sumamente frágiles, sensibles a la erosión y con un alto nivel de degradación, resulta imperativo desarrollar tecnologías conservacionistas. El aumento de la producción, la reducción del impacto ambiental y un mejor resultado económico de la actividad darán la sustentabilidad al sistema.

Principales beneficios de la labranza cero en el contexto de la horticultura del valle bonaerense del Río Colorado

El Carbono (C) es un elemento vital del suelo agrícola. El contenido de C total es un indicador de su potencialidad productiva y de la sustentabilidad del manejo que se realiza. Está suficientemente documentadoque el aumento de la intensidad y frecuencia del laboreo incrementa la emisión de CO2. Este proceso de degradación genera un doble impacto negativo, se pierde C del suelo y aumenta la concentración atmosférica de gases con efecto invernadero. El contenido de materia orgánica en los suelos del VBRC ronda el 1,3% lo que repercute en laorganización estructural, y se traduce en una baja capacidad productiva, que se intenta remediar con altas dosis de fertilizantes.

Con un manejo adecuado, la labranza cero y la cobertura vegetal mejoran sustancialmente la economía del agua, aumentan la infiltración, y la capacidad de retención hídrica. Durante gran parte del ciclo, los cultivos como la cebolla y el ajo no logran una adecuada cobertura por el lento desarrollo inicial y su arquitectura foliar. En zapallos, el gran espaciamiento entre líneas de siembra (de hasta 4m en algunas variedades) también genera una amplia ventana de exposición para el suelo en los estados iniciales. En el contexto del VBRC estos beneficios son cruciales. La dotación de agua para riego es crítica y resulta el factor más limitante para el aumento de la superficie cultivada y el desarrollo territorial. El caudal del río Colorado (proveniente de deshielos cordilleranos) viene menguando en los últimos ciclos de riego, al tiempo que se registra un incremento en su contenido salino. Los sistemas con alta intensidad de laboreo demandan más cantidad de agua, ello repercute directamente en el incremento de la conductividad eléctrica del suelo y en la reducción de la superficieregada. Por otra parte, las altas dotaciones de agua requerida hacen inviable (energética y económicamente) la adopción de tecnologías de riego presurizado.

La cobertura vegetal reducela susceptibilidad a la erosión y amplitud térmica del suelo, al actuar como barrera física frente al viento, la lluvia y la radiación solar.Las pérdida de suelo y nutrientes como consecuencia de la erosión es ungrave problema en la zona del VBRC, y fundamentalmente para el área de secano de los partidos de Villarino y Carmen de Patagones. La ocurrencia de fuertes vientos coincide con la época de siembra de cebolla, lo que genera importantes voladuras de la cama de siembra refinada. Para paliar esta situación, los productores realizan riegos pre-siembra con el sólo objetivo de contener el suelo, lo que insume un gasto adicional de agua. En otros casos, es necesaria la resiembra, a consecuencia de la voladura de la semilla, o el daño ocasionado a las plántulas. Las altas temperaturas que se dan a nivel de la superficie del suelo en la etapa de bulbificación de la cebolla generan a menudo condiciones de estrés que pueden detener el crecimiento de la planta, y predisponen la proliferación de Raíz rosada, una enfermedad endémica producida por hongos de suelo que produce la destrucción de las raíces.

La labranza cero permite reducir sustancialmente el consumo de combustible, la potencia requerida y aumentando también la eficiencia en el uso de la mano de obra.En los sistemas convencionales se realizan alrededor de seis labores para la preparación de la cama de siembra. En ajo y zapallo se realizan además, algunas labores culturales de aporcado y surcado. De acuerdo a las determinaciones realizadas, los cultivos pueden llevarse a cabo en labranza cero con sustanciales ahorros de combustible, incluso superiores a los registrados entre labranza convencional y SD en la producción de granos. Sobre este punto cabe aclarar que generalmente se cuantifica al gasoil como un mero costo, cuando en realidad es un indicador global del uso de diversosinsumos adicionales, como lubricantes, repuestos, servicio de mantenimiento, etc. Se ha podido determinar queel ahorro de combustible generado con la labranza cero en el cultivo de zapallo, es lo suficientemente importante como para compensar largamente el consumode un sistema de riego presurizado. Por otra parte, al prescindir de las labores de mayor demanda tractiva, se reduce sustancialmente la potencia requerida de los tractores. Ello cobra relevancia en el contexto de una agricultura esencialmente de escala familiar.

Bases de la labranza cero en la producción de hortalizas pesadas

Con las particularidades del caso, las bases conceptuales de la labranza cero para la producción de hortalizas resultan comunes que para la SD de la agricultura extensiva. Ellas son: a) adecuada rotación de cultivos con la inclusión de cultivos de cobertura (CC), b) mantenimiento de la cobertura vegetal, c) no disturbación del suelo más allá de lo estrictamente necesario, d) reposición de nutrientes e) adecuado control de malezas.

Bibliografía

Bondía P., Caracotche V., Vanzolini J., Vallejos A. (2014). Experimentación adaptiva en siembra directa de cebolla sobre cultivos de cobertura en el Valle bonaerense del río Colorado. I. Evaluación exploratoria de modificaciones en el tren de siembra. Actas XXXVII Congreso Argentino de Horticultura.Mendoza. Argentina.

Caracotche V., Bondía P., Vanzolini J. (2014). Experimentación adaptiva en siembra directa de cebolla sobre cultivos de cobertura en el Valle Bonaerense del río Colorado. II. Rendimiento del cultivo de cebolla. Actas XXXVII Congreso Argentino de Horticultura. Mendoza. Argentina.

D´Amico, J.P; Varela, P; Bellaccomo, M.C. (2016b). Labranza cero y fertirriego por goteo en la producción de zapallo anquito: análisis de la eficiencia en el uso de los principales recursos. Informe Técnico de la EEA H. Ascasubi (49)

Madeira, N., Lima, C., Melo, R.(2015) Cultivo de hortalizas en sistemas de plantío directo (SPDH) para agricultura convencional y orgánica: Estrategia para el control de arvenses y mejoramiento de propiedad físico –químicas del suelo. Conference: Seminario Internacional de cultivo hortícolas de altas temperaturas para el Caribe Colombiano, At Cereté – Colombia.

Morse, R. D. (1999). No-till vegetable production—its time is now.HortTechnology,9(3), 373-379.

Horticultura Argentina es licenciado bajo Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial 2.5 Argentina.

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